Un hombre, nieto del príncipe Genji, llega a un monasterio budista abandonado en el sur de Kioto en busca de un jardín secreto descrito en un libro: un espacio perfecto donde se revela el orden del mundo. Su recorrido entre patios, santuarios y jardines se convierte en una contemplación de lo visible y lo invisible –el viento, las aves, el tiempo, el dolor– en una fábula filosófica que medita sobre la belleza y el infinito.