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"Probablemente, el Título IX del Libro II del Código Penal, sobre crímenes y simples delitos contra la propiedad, es el título de dicho cuerpo legal que más cambios ha sufrido desde su entrada en vigencia, la mayor parte de los cuales ha buscado incrementar el rigor de la persecución penal de los delitos allí tipificados, especialmente en las últimas décadas. Estas inorgánicas y reiteradas modificaciones, que se han hecho a partir de la equivocada creencia de que un endurecimiento de la legislación penal conduce a una disminución de la criminalidad, permiten constatar la excesiva preocupación del legislador por esta clase de delincuencia." (Oliver, Guillermo (2013) Delitos contra la propiedad. Introducción, Thomson Reuters-Legal Publishing) "Aunque dentro del robo con violencia se distinguen diversas hipótesis, es importante anotar que, a diferencia de lo que ocurre con el robo con fuerza en las cosas, el empleo de violencia o intimidación, en cualquier forma que sea, siempre determina la existencia de un robo". (Etcheberry, Alfredo (1998), Derecho Penal. Parte Especial, T. III, 3ª. edición, Edit. Jurídica, p. 334) El regreso del robo por sorpresa al ámbito típico del hurto y su eliminación como modalidad del robo, propuesto en las iniciativas reformadoras del Código Penal ha de ser bienvenido, toda vez que el propio legislador reconoció al asimilar esta conducta al robo con violencia o intimidación, que ella es técnicamente un hurto y se la consideró "como si fuera un robo". (Künsemüller, Carlos (2024), Delitos contra los valores patrimoniales cometidos mediante apropiación por medios materiales, Tirant Lo Blanch, p. 85)
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