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El término "litigación compleja" se vincula comúnmente con elementos tales como la multiplicidad de partes involucradas, los intereses sociales, políticos o económicos en juego, la dimensión transfronteriza de los litigios, la prolongada duración de los juicios y la necesidad de incorporar conocimientos de otras disciplinas, entre otros aspectos. Estos elementos comparten el rasgo común de desafiar las categorías procesales tradicionales, las cuales estaban concebidas para juicios entre dos partes, de relevancia exclusivamente nacional y centrados en un caso concreto, resueltos con base en elementos de juicio de cantidad y contenido manejables sin conocimiento especializado. La litigación se percibe como "compleja" precisamente debido a la insuficiencia de las normas procesales tradicionales para gestionar adecuadamente nuevas formas de conflictividad.
Las contribuciones de los autores de este libro buscan darle forma concreta a este amplio espectro de problemas, que puede resumirse en cuatro ejes clave que interpelan al derecho procesal tradicional: (i) la impronta colectiva, que cuestiona el carácter individual y bipolar del proceso; (ii) la orientación hacia el cambio social, que replantea la naturaleza retrospectiva del proceso dirigido únicamente a la resolución de conflictos; (iii) el alcance transfronterizo, que tensiona la idea de procesos limitados a un contexto exclusivamente nacional; y finalmente, (iv) un caso particular de estudio en Chile, que desafía la mirada tradicional desde diversas perspectivas: los procesos judiciales en materia de libre competencia.
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