Lo que subyace en esta lógica no es eficiencia, ni modernización, ni justicia tributaria. Es una forma de construir, paso a paso, una tercerización de la responsabilidad de fiscalización del SII, lo que busca transformarnos a todos en vigilantes tributarios. Un rol que, por cierto, no nos corresponde, y retrotrae a este organismo a los años 90s.
Lo increíble es que esto ocurre en un contexto donde emprender formalmente es casi una hazaña: iniciar actividades exige documentación absurda para negocios que recién están empezando —activos ya adquiridos, órdenes de compra, etc.—. Es decir, para formalizarse primero hay que demostrar que uno ya opera formalmente. Un loop kafkiano. Y, mientras, en la calle campea el comercio informal, el contrabando y el crimen organizado.
Por si fuera poco, esta semana también supimos que la
Defensoría del Contribuyente investigará al SII por una
denuncia del Colegio de Contadores por la Operación Renta: plataformas inestables y datos inconsistentes que dificultan cumplir a tiempo. El perro del hortelano. Asumo que, para hacer frente ante la molestia, el SII
decidió condonar multas e intereses a quienes declaren con pago hasta el 9 de mayo.
¡Buen fin de semana para todos!