Este es un problema financiero, pero también de confianza. Cuando la voz de una periodista premiada puede ser clonada, los testimonios son inventados y las plataformas usan nombres que suenan familiares, ¿cómo distinguir lo real de lo fraudulento?
☝️ Hay responsabilidad individual, claro. Pero también de empresas y autoridades. Porque si estas plataformas aparecen en redes sociales como YouTube o Facebook, si redirigen pagos a través de reconocidas pasarelas de pago locales, ¿realmente estamos haciendo lo suficiente para frenarlas? Yo creo que no.
No basta que el regulador levante una "Alerta ciudadana" que queda escondida dentro de un sitio web con miles de páginas. ¿Dónde está la Fiscalía? ¿Las policías? ¿El Poder Judicial? ¿La CMF? ¿El SERNAC? ¿La Agencia Nacional de Ciberseguridad? Cri cri. Y mientras eso siga sucediendo, solo veremos florecer más y más fraudes.