En plena enseñanza media, muchos adolescentes ya están familiarizados con plataformas de apuestas, muchas de ellas ilegales, que funcionan sin control, sin verificar la edad y sin pagar un peso de impuestos acá.
El estudio muestra que
el 92% de los jóvenes ha visto publicidad de apuestas y
58% sigue a influencers que las promueven. Es decir, las apuestas están donde están los jóvenes: en redes sociales, en transmisiones deportivas, en los videojuegos. Todo esto
bajo la más absoluta impunidad.
Pese a dos contundentes fallos de la Corte Suprema, los sitios ilegales en internet abundan. Son más de 1.200 plataformas que generan un daño enorme a nivel económico, social y mental. Se necesita urgente una definición a nivel país que implique la prohibición —o por lo menos una regulación estricta— porque, mientras cada día pasa sin hacer nada, la casa sigue ganando.